Se trata de una novelita corta, mínima podríamos decir.
Un texto de iniciación.
El protagonista es Tino, de 12 años.
Su madre está internada en un hospital, su padre regentea un museo de ovnilogía en las sierras cordobesas (Argentina). Y el joven Tino se maneja de manera autónoma entre estos dos espacios, relacionándose con distintos personajes dentro del hospital (donde se encuentra como pez en el agua) y con un amiguito de la escuela, con quien transita las primeras experiencias sexuales.
El texto está escrito de manera sencilla, despojada, con un estilo narrativo que, por momentos, presenta una acumulación de verbos un poco molesta: escritura que no se quiere detener en detalles y avanza de acción en acción con un leve efecto de saturación en la lectura. Tampoco se logra del todo el crear climas a partir de lo no dicho, de la presencia de objetos y escenarios. Parece apostar a esto, pero no termina de cuajar. Las escenas, limpias y despojadas, en general no terminan de ser contundentes.
En cuanto al contenido (excepto un pasaje bastante turbador muy bien logrado), no encontré novedades conceptuales sobre el tema "joven descubre el mundo".
Una propuesta sencilla que se lee de un tirón. No colmó mis expectativas con el autor ya que, además de presentar estos aspectos narrativos señalados, no logró asombrarme ni conmoverme de manera particular en cuanto a su contenido. Lamentablemente, no considero que vaya mucho más allá de la típica novela alabada por conocidos y amigos del mundo literario, pero que no logra destacarse por fuerza propia. De todos modos, la considero una obra digna.
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