Eloísa Dufour |
Se trata de un festejado texto catalogado como novela, pero que (según mi humilde opinión) no presenta los elementos formales que permitan encasillarlo dentro de este género, no sólo por su breve extensión, sino también por la entidad de lo narrado. La anécdota es simple y el libro presenta núcleos narrativos que se repiten con el correr de las páginas. No se construye historia (es todo demasiado embrionario, un esbozo).
En primera persona se desarrolla la historia de una joven (hija de un hombre nacido en el norte de Argentina), que recala allí mismo para sanar su historia personal, luego de una catástrofe familiar. Está escrito como el relato que le hace la protagonista a una doctora, pero el uso de la oralidad no sólo es poco creíble (con una inclusión un tanto forzada de léxico de color local), sino también muy desparejo, digamos que el personaje habla con giros dialectales cuando se acuerda. Se advierte el esfuerzo por instalar un tono poético y desarrollar una historia familiar profunda, y obviamente el hecho de que se vean los hilos es un problema. En mi opinión, el texto resulta poco orgánico, siempre a punto de naufragar, redunda todo el tiempo y ofrece poco, temáticamente hablando. Lo percibo insustancial y siento que, a pesar del esfuerzo por mostrarlo como intenso, le falta fuerza. Me dejó gusto a nada, realmente.
Es el segundo libro que leo de la Andruetto, y sinceramente, aún no me encontré con la joya cordobesa que tantos admiran.
Acá pueden leer una de las tantas críticas favorables a la obra.
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