"Pongo la lupa sobre la conversación transformada en miniatura, y mi contemplación insomne la vuelve hermosa y perfecta como una joya. Su mismo desorden, sus redundancias, su falta de objeto, se cubren de un nacarado artístico por obra y gracia de la repetición" (pág. 11)
Se trata de otra novelita del prolífico Aira, publicada por la editorial Beatriz Viterbo.
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Julianna Swaney
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Se trata de otra novelita del prolífico Aira, publicada por la editorial Beatriz Viterbo.
Me resultó entretenida y amena, por más que su eje fuera el razonamiento por el razonamiento en sí. Esta breve obra habla sobre la conversación entre dos amigos intelectualoides, que uno de ellos repasa a la noche, cuando no puede conciliar el sueño. Esta conversación se basa en una película que ambos vieron, cada uno en su casa. Partiendo de una incongruencia en una de las secuencias de la película, se pone en funcionamiento toda la maquinaria aireana que combina argumentación retórica, fantasía superlativa y lugares reconocibles y cotidianos para el lector. De este modo, tenemos la historia base de un pastor solitario en las montañas de Ucrania y varias posibles derivaciones cinematográficas entre las que nos perdemos, a pura risa por las ocurrencias del autor, que nunca dejan de asombrar.
Creo que en esta obra el balance es positivo, y tenemos un Aira de primera extracción: fresco, vital, divertido, ameno.
Recomendable a sesudos con humor.
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