Los temas de los que habla (la violencia, la privacidad, los medios, lo ficcional) son interesantes, pero la novela está escrita sobre un débil hilo de verosimilitud. Se trata de un grupo de terroristas que toman un gran canal, matando a algunos y secuestrando a varios, hasta que encuentran la casa de Gran Hermano ocupada por cinco participantes. Dando letra al locutor que hace la voz de Gran Hermano, los secuestradores se meten en este reality para sacar provecho, generando todo tipo de situaciones absurdas.
Me pareció un texto flojito, con más corridas y personajes que peso específico. Hay cosas que no me gustaron, como el cliché de los terroristas islámicos, tampoco el hecho de que la novela no resulte enteramente digerible para aquellos que se perdieron de ver la versión local de Gran Hermano.
No es que se trate de una novela mal escrita, sus partes están bien ensambladas y presenta una notoria agilidad. Lo que la vuelve deslucida es un tufillo de novela de principiante, cierta indefinida puerilidad. Personalmente, creo que el tono humorístico no está bien hallado: para ser irónico tiene un trazo muy grueso.
Me pareció un texto flojito, con más corridas y personajes que peso específico. Hay cosas que no me gustaron, como el cliché de los terroristas islámicos, tampoco el hecho de que la novela no resulte enteramente digerible para aquellos que se perdieron de ver la versión local de Gran Hermano.
No es que se trate de una novela mal escrita, sus partes están bien ensambladas y presenta una notoria agilidad. Lo que la vuelve deslucida es un tufillo de novela de principiante, cierta indefinida puerilidad. Personalmente, creo que el tono humorístico no está bien hallado: para ser irónico tiene un trazo muy grueso.
La recomiendo a lectores adolescentes o a un lector muy estándar, pero con reservas.
La otra crítica
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