El tema central de la novela es el duelo de una hija de mediana edad por la muerte de su madre. La propuesta intenta conjugar los días posteriores al velorio y las vivencias de la hija y su entorno afectivo en territorio familiar (Cadaqués). Como es de esperar, los recuerdos se sobreimprimirán a las experiencias de la protagonista, quien lleva adelante el relato en una primera persona. Se trata de una novela con bastante buena prensa (y bueno, no es gratuito ser la hija de Esther Tusquets) que ha tenido éxito incluso entre los lectores (mayormente, el público femenino).
Personalmente, la novela me resultó insufrible. La prosa es agotadora por lo sentenciosa, repetitiva y enrevesada, además de estar plagada de detalles que no aportan nada a la trama. Esta escritura de principiante está puesta al servicio de una historia chata y sin matices, que nos acerca a las experiencias de vida de una mujer de clase acomodada catalana, sin muchos aspectos que nos despierten verdadero interés. Alternando (previsiblemente) pasado y presente, seguimos el derrotero de Blanca, quien vive unas improvisadas vacaciones rodeada de amigas, hijos y, lo que resulta realmente pesado, variados amantes o figuras eróticas masculinas. No encontramos profundidad psicológica alguna y los personajes son meros figurines, no existe tampoco tensión narrativa. Se trata de una obra que, presentando tintes autorreferenciales, no presenta un buen recorte de material desde el punto de vista de las acciones narrativas (una trama que se muerde la cola todo el tiempo). El tema sexual constituiría un planteo interesante, como contrapunto del duelo, si hubiera estado más dosificado, en lugar de repetir situaciones de manera poco efectiva.
La obra entera presenta muchas falencias en cuanto a la estructura. Se nota la falta de oficio, a tal punto que la novela sería valiosa para explicar a futuros escritores lo que no se debe hacer.
No la recomiendo.
Comentarios