"Siete casas vacías", Samanta Schweblin

Se trata de un volumen corto de cuentos de la prestigiosa escritora argentina, ganador del IV Premio Internacional de Narrativa Breve Ribera del Duero. 

En los siete textos del corpus, Schweblin se mete en los vericuetos inusuales de la vida cotidiana, allí donde las cosas de todos los días dan lugar a extrañas situaciones, quizás incluso un poco perturbadoras. Nos encontramos con relatos escritos de manera limpia y prolija, sin floreos, van al hueso y cumplen su objetivo de atrapar y asombrar. 

Mi cuento favorito es "Mis padres y mis hijos", un texto que habla de los temores paternales, de la libertad individual y de la familia de un modo que, coqueteando con el absurdo, logra un efecto humorístico. "Nada de todo esto" y "Salir", me gustaron mucho también, con su aire carveriano y su clima triste, más volcado hacia el absurdo en el primer caso y cayendo de lleno en la desolación, en el segundo (como si de un cuadro del popular Hopper se tratara). Por su contenido políticamente incorrecto, el cuento "Un hombre sin suerte" no me terminó de gustar, me resultó muy incómodo. En este conjunto, por un tema de extensión, el cuento que desentona, según mi opinión, es "La respiración cavernaria" (un texto, por lo demás, muy intenso y triste, quizás demasiado para el volumen).

Sin dudas, una escritura que se disfruta. 




Nan Goldin, "Joanna riendo, Hotel París", 1999
Fuente de la imagen Graffica 






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