Se trata de una novela publicada en 1941 por este escritor austro-checo no tan conocido. Si bien la novela tiene un reconocible tono de otro siglo, la trama que se va desenrollando a partir de una carta que recibe un respetable burócrata vienés, es sumamente atractiva, movilizadora y afincada a su tiempo (la Austria de entreguerras) de un modo muy interesante. Somos testigos de todo el derrotero que sigue la cabeza de este señor que, más allá de las estables apariencias, tiene una vida vacía e hipócrita. Con sólo recibir una carta de escritura conocida, todo el pasado vuelve a él en la forma de los más temidos fantasmas, amenazando su porvenir.
Una novela atrapante y de tono intimista para disfrutar de principio a fin.
Esta reseña me pareció buenísima.
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