"Nieve en otoño", Irene Némirovsky


"Cuando publicó Nieve en otoño, su tercera novela después deDavid Golder y El baile, con apenas veintiocho años, el prestigio de Irène Némirovsky era ya notable, y no sólo en Francia. El New York Times la había bautizado como «la sucesora de Dostoievski» por su capacidad para reflejar las contradicciones de la vida y sus complejidades morales. En este breve relato sobre el exilio y la nostalgia, Némirovsky exhibe una vez más el don de aproximar sus personajes a los lectores y de evocar situaciones como si la frontera entre lo real y lo imaginario no existiese."
Hay un piso narrativo del que esta célebre autora nunca baja . Esta breve obra es un claro ejemplo de la intensidad y equilibrada construcción narrativa de la que hace gala Némirovsky en cada uno de sus textos. 
En este caso, estamos frente a la Revolución de Octubre, como testigos directos desde la percepción de Tatiana Ivanovna, una fiel servidora de una familia aristocrática que ve desmoronarse su vida tal como la conocían. La vieja sirviente surge como la más digna de toda esta familia en debacle. Resulta interesante "leer" la historia desde la perspectiva de la criada; desde este lugar se puede acceder a los hechos históricos sin intelectualismos ni floreos. Me gustaron especialmente la manera en que quedan retratados los jóvenes de la familia, una vez que se mudan a París, y la tensión narrativa del final del libro.
Pienso que puede ser considerada como una pieza literaria de microhistoria, excelente para acercarse a este momento histórico. 

Me gustó esta reseña de Fernando Fernández.

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