"Pálida historia de amor", Fogwill

"Caminaban abrazados por la pequeña habitación. Sus caderas golpearon contra el mueble de cajones y los picaportes de la puerta de entrada y la ventana. Sus pies tropezaban con una cartera caída en el piso. Ella sintió deseos de pitar, volvió su cara hacia un costado y llevó el cigarrillo a la boca, sin abrir los ojos. El la apretó más, y cuando apretaba su cuerpo, la ropa de él parecía soltar nubes de ese olor que para ella, desde aquel día, fue el olor de los militares". pág. 123

Fons marí, Joan Barceló Guillén

Lo único que había leído de Fogwill es el célebre relato Muchacha punk y no me había interesado para nada. Asociándolo a esta narración y a la fama beat y de enfant terrible que se ganó dentro de la literatura argentina (donde se lo ama o se lo detesta), lo había dejado dejado de lado. Por esto mismo, encontrarme ahora frente a esta deliciosa novela fue realmente una sorpresa, algo que nunca me hubiera imaginado.
Se trata de un texto escrito de manera exquisita, tanto por lo narrado como por la cadencia de la prosa -apenas se podría criticar cierto apresuramiento o desprolijidad de la trama hacia el final-. La historia se sitúa en Panamá, allí una hermosa argentina es bailarina en un cabaret y va entretejiendo su destino a partir de las distintas personas con las que se relaciona: el cajero del lugar  -Sarmiento, que la introduce en el ocultismo-, un millonario a punto de morir, un militar en ascenso y, principalmente, una adolescente llamada Pragma. La novela está escrita desde la perspectiva de esta mujer, lo cual hace que vayamos viviendo todo lo que ella vive, narrado de una manera muy sensorial: los aromas, las texturas, los sabores, las sensaciones de calor, cansancio o embriaguez logran traspasar las páginas para contagiarse al lector. Creo que constituyen el gran logro de la novela, junto al tema de la misma, cuya tesis sería: cómo son las cosas cuando lo que se hace no está pasado por el tamiz de lo ético. En esta novela no hay buenos versus malos; tampoco hay oprimidos y opresores, ni reclamos ni culpas. Esta ausencia total de maniqueismo, moralina y reflexiones intelectuales le da tan plasticidad que -muy lejos de convertirla en una historia vacía y amoral- nos enfrenta singularmente a la cara cruel del mundo y nos permite extraer nuestras propias conclusiones.
Si bien la historia tiene sus partes oscuras o crudas, la narración jamás pierde una sutileza bastante dulzona que podríamos asociar a lo femenino. Otra cosa que me sucedió con la novela es que sentí en todo momento ese aliento latinoamericano común a los más grandes narradores de esta zona. 
Me pareció una novela espectacular, llena de matices, de silencios, de muchas imágenes de lograda poesía y muchos ecos luego de su lectura... una joyita. Todos mis respetos a Fogwill.

OJO, abstenerse de leerla como la historia apócrifa de una nefasta figura de la Historia argentina (que fue como surgió en la mente del autor). Creo que tal interpretación puede velar el verdadero valor de la obra. Por lo menos, en un primer acercamiento.

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