Como no podía ser de otra manera, esta novela del singular Perec no es una novela en ningún modo convencional. No se ciñe en absoluto a los mandatos de la narración, sino que se escribe a través de descripciones, ancladas a su vez en largas enumeraciones. Sin embargo, esta operatoria de escritura no atenta contra lo amena que puede resultar su lectura.
La historia pequeña y simple son los primeros años de vida adulta de una pareja -Sylvie y Jérôme- que viene de la clase media y que se siente completa y absolutamente atraída por lujos que le son ofrecidos constantemente por la sociedad de consumo, en este caso, snob. Al mismo tiempo, esas cosas a las que se aferran, que desean o buscan están íntimamente ligadas al aburrimiento, al sinsentido existencial. O ese es el puente tan preciso que traza Perec. Así como se les coloca nombre, ocupación y una mínima historia de procedencia a cada uno, es claro que los protagonistas funcionan como personajes prototípicos, que resumen en sí mismos a la generación de la cual da cuenta el título. Sin embargo, lo expuesto en la novela excede el espacio histórico al cual refiere: todo lo que se cuenta es terriblemente cercano, nos signa como sociedad hasta el día de hoy. De ahí que acercarse a esta obra sea una experiencia muy interesante y muy valiosa.
Yo la recomiendo, más que nada a los lectores más avezados.
Yo la recomiendo, más que nada a los lectores más avezados.
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