Se trata de una de las pocas novelas cortas de esta famosa autora. En ella, se nos narra la historia de tres jóvenes que estudian Bellas Artes en la Madrid de los ochenta.
A partir de un hecho inicial situado en el presente, la que narra retrospectivamente es la chica, Jose, con un estilo limpio, apenas literario. La novela se halla dividida en cuatro capítulos: El arte, El sexo, El amor, La muerte, cada uno de los cuales se desarrolla de acuerdo al tema citado. La historia central se basa en el trío amoroso entre Jose y dos muchachos opuestos entre sí: el problemático, bello y talentoso Marcos y el simple y astuto Jaime. En el marco de sus estudios de arte, ellos viven una relación de tres que funciona idílicamente por un tiempo, hasta que aparecen los quiebres previsibles y la nota trágica.
La novela -que aborda temas sexuales- está narrada con absoluta sobriedad (tanta, que a veces peca de fría), con un ritmo parejo, con un buen manejo de los temas, descripciones y espacios. No hay más ahondamiento en la psicología de cada uno de los personajes que la necesaria para que la historia funcione. En cuanto al planteo temático, si bien me hizo pensar en la imposibilidad de algunas relaciones personales -de acuerdo a la subjetividad que cada uno aporta-, lo narrado no me asombró ni llegó a conmoverme. Me gustaron las alusiones al ejercicio de la pintura, porque es un tema del que no conozco demasiado.
La recomiendo como lectura de verano, ya que se lee rápido, es entretenida y bastante inofensiva.
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