"La hora detenida", Estela Canto

"Pensó en el río, la corriente bajo la luz de la luna, el olor de los azahares... ¿Qué es la libertad? No es eso, no es dejar de pensar en el mañana sino lo otro, lo que está en el murmullo del río. Eso."  pág. 208

Se trata de una novela de más de doscientas páginas, en la mayoría de las cuales seguimos las vivencias de la lacia Brunilda Venturi, una profesora de Historia del Arte que intenta meterse en lugares en los que nunca antes ha estado. Situado en 1952, este relato toma como base la descripción de esa clase terrateniente venida a menos, en tiempos del apogeo peronista, justo antes de la muerte de Evita -hecho que termina signando la novela-.
Nos encontramos con el retrato de una Buenos Aires dinámica, con pluralidad de personajes femeninos y masculinos todo el tiempo en tensión. Se trata de seres vacíos, frustrados, confundidos, que están discurriendo y buscando algo todo el tiempo. Los diálogos, con su carga sentenciosa y metafísica, a veces ralentizan la obra y hacen que por momentos se pierda interés. Si bien hay escenas que atractivamente rozan el absurdo, o se logran ambientes interesantes por lo opresivos, siempre le falta algo para concretar un clima uniforme de efecto contundente. Me hizo acordar mucho a las novelas de Beatriz Guido, pero -claro está- esta obra se presenta algo más desmembrada, con menos fuerza -como si se tendieran hilos que se pierden en la trama, sin desarrollarse-. Al igual que las novelas de esa autora, no deja de ser un texto perfectamente adaptable a la pantalla.
La recomiendo como lectura exploratoria de una autora más conocida por su relación con Borges que por su obra, y para sumar una visión más a ese gran fenómeno nacional que fue el peronismo.

Nota: la edición de Emecé que leí - que creo, es la primera- tiene en la primera parte un puñadito de tildes que se volaron, además de la contratapa que constituye un nuevo caso de "Maten al que la redactó" (si puede, no la lea antes de terminar la novela).


Estela en 1945

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