"La mesera era nueva", Dominique Fabre


Esta novela (relativamente corta) puede resumirse como "el mundo a través de los ojos de un mozo".
En los suburbios de París, un hombre cincuentón nos relata en primera persona sus vivencias diarias durante aproxidamente una semana. La mesera era nueva, ya que Sabrina (la moza anterior) estaba con gripe, el patrón no aparece, la patrona se sale de su eje, y Pierre (el protagonista) y el cocinero africano Amadee se las tienen que rebuscar para seguir con la vida habitual del café restaurante. 
La soledad, la automatización contemporánea de las urbes y el sentido de la vida son los temas que destaca este texto. Simple en su escritura (quizás, tratando de emular cierto candor de la mirada del mozo), precisa, sin floreos ni digresiones, la historia avanza a ritmo parejo, con bastante de cinematográfico.
De buena factura y teniendo en cuenta cómo logra corporizar la tristeza hacia el final, la novela no está mal, y es una buena lectura para pasar el rato, si un amigo te la presta o la sacás de la biblioteca.
En lo personal, a mí no me aportó mucho, es que esta mirada desencantada de la contemporaneidad ya fue relatada muchas veces; creo que en lo conceptual, no significa un gran aporte a los lectores más viejos. Pienso que la historia central (esa ausencia abrupta del patrón) podria haber sido explotada con menos realismo y de esta manera ofrecernos una historia un poco más original. Pero en este caso, se estaría saliendo del plan de la novela, que es pintar un fresco realista y melancólico de la vacuidad de las ciudades; lo logra.

Una entrevista al autor, realmente un lindo tipo.

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