"La acabadora", Michela Murgia

Antonio Ortiz Echague

Librazo.
Murgia escribe muy bien esta novela, con un estilo muy suave y cadencioso (sobre todo, al inicio del texto); logra una narración homogénea, cautivante, equilibrada, con los elementos y tonalidades justos. 
Se desarrolla en Cerdeña con alguna exhibición de costumbrismo (de hecho, hay un glosario final.) El ambiente -que no puede dejar de resultarnos familiar a los añejos amantes de la literatura- es un poblado campesino muy pequeño, con todo lo que eso implica.
Maria es la cuarta y tardía hija de una familia humilde; su madre la da en adopción a los seis años, a Bonaria Urria  (viuda, mayor y aparentemente ya seca), mediante el artilugio informal del fille de anima
El tiempo pasa y la tela que envuelve la vida cotidiana de las dos protagonistas se va corriendo para dejar ver el verdadero oficio de Bonaria. Un bullicioso cortejo de personajes secundarios lleva adelante la historia que se va desarrollando sin prisas y sin pausas, con pasajes muy disfrutables, sin golpe bajo alguno (más allá de las tristezas del argumento) y con absoluta precisión. Tenemos la idea de que Murgia sabe perfectamente qué contar y qué cuerdas tocar para darle forma al  controversial tema central de su obra, para promover la reflexión y para que podamos empatizar no  sólo con los personajes, sino con las contingencias humanas mismas.
Muy recomendable.

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