"Zona de clivaje", de Liliana Heker

Se trata de una novela que hacía mucho tiempo quería leer, ya que la había visto recomendada por otros escritores argentinos.
Se trata de una historia de amor que dura 13 años, entre Irene y Alfredo. Ella estudia Física, es soberbia, súper analítica, inteligentísima, linda (huelo el hábito argento del protagonista alter ego del narrador; y van...). El es profesor universitario de Literatura, súper intelectual, Don Juan cazador empedernido de adolescentes. Son algo así como novios, una pareja muy poco convencional. Dos narcisistas como pocas veces vi en la ficción, me resultaron realmente insoportables y, por momentos, hasta risibles.
¿La historia? Alfredo siempre se ha acostado esporádicamente con otras mujeres. La bella Irene nunca tuvo mayor problema con esto porque lo ama y se coloca en un lugar de camaredería. Cuando empieza la novela, aparece "la mirona", una jovencita que amenaza con ser algo más que una amante pasajera. La narradora (anclada en un indirecto libre) le da dos millones de vueltas argumentativas a los motivos de este grosero laissez faire que en el fondo se sufre con todas las de la ley. Ambas -Irene y su narradora- nos quieran vender el cuento de la dama superada y cerebral;  mientras uno avanza en la lectura, está la esperanza de que se caiga tan fabuloso andamiaje, pero me temo que, sobre los fuertes hombros del Ego, se sostiene hasta el final y hace fracasar, en mi humilde opinión, a la tesis de la novela.
En mi opinión, se trata de una novela de trasfondo machista, que nos deja muy mal paradas a las mujeres, tratando de hacer pasar gato por liebre. O una Heker demasiado confundida sobre lo que quiere mostrar.
Para mí, se inscribe en la línea de Rayuela o incluso Sobre héroes y tumbas, novelas en las cuales el amor  erótico se presenta rodeado de situaciones excepcionales, demasiada complicación, poca cotiadianeidad y muuuucho pero mucho bla bla intelectualoide.
Lo que sí hay que decir es que está muy bien escrita, con una frescura poética muy atractiva, lindos giros, simpáticas citas intercaladas. Lástima que todo esto esté puesto en función de una historia de pavoneo intelectual, iniciática, redundante, confusa y aburrida.
A mí me parece la típica narración para estudiante de primer año de Letras o para los iniciados intelectuales de cualquier tipo. Ellos la van disfrutar mucho, mientras sueñan con una vivir una historia semejante.


PARA MUESTRA BASTA UN BOTON: para que vean que no miento en cuanto al narcisismo de los protagonistas, me quedé con un ejemplito. En una parte del texto, se muere el referente intelectual de Alfredo. Entonces él, que cae a su velorio porque tenía una cita con él, le larga a Irene, algo así como: "Sabía que odio los velorios; me lo imagino mientras moría con una sonrisa triunfadora pensando que me obligaba a estar presente". ¿Paso de comedia o apología del Ego?

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