"El lago", Kawabata

 Esta novela breve (que en otras ediciones aparece titulada como "En el lago") es una pieza un tanto difícil de asir. La escritura es limpia, directa. Está narrada en una tercera persona con perspectiva desde un personaje que podemos considerar principal (Gimpei), plagada de flashbacks. Resulta interesante la manera en que se utliza el recurso de "cruce de historias", de modo que por momentos la narración traslada su foco a la joven Miyako.
En la novela, se nos muestran escenas aisladas de la vida de este hombre de mediana edad, con un deseo y angustia añejos que lo llevan a relacionarse singularmente con las mujeres. En su deambular diario y un poco extraño, se cruza tangencialmente Miyako, quien tiene un viejo amante que la mantiene (se describen aquí momentos que prefiguran "La casa de las bellas durmientes") y que, sin conocerlo, comparte ese espíritu sórdido de Gimpei. Todo el tiempo sobrevuela la tragedia, dándose marcadas oposiciones entre fealdad/belleza, perversidad/inocencia, pasado/presente. Si bien en la trama tiene mucho más peso lo que podría pasar que lo que efectivamente sucede, y esto podría generar una interesante tensión en la obra, no pude percibirla: muchos fragmentos narrados me parecieron desconectados de la globalidad, incluso levemente incoherentes.
En lo personal, la novela me dejó un tenue sabor a nada, me pareció distante, no logré sumergirme en ella (lo cual confirma mi experiencia de lectura con el autor).

Sobre la obra

Comentarios

Sergio ha dicho que…
Totalmente de acuerdo contigo. Kawabata siempre me deja con esa sensación vacía, de "nada". Muy lejos de la pasión con la que deboro a otros autores japoneses como Tanizaki, Edo, Mishima y, en menor medida, Murakami. No comprendo su Nobel.