La extraña (Sandor Marai)

Esta novela del famoso autor húngaro es un texto de lectura bastante amena. Nos cuenta las peripecias de un señor cercano a los 50 años, un burgués correcto y "normal" que progresivamente va dando un vuelco a su vida, en busca de "algo" (esa gran respuesta existencial), que hacia el final del libro lo asalta de manera abrupta e ineludible. La novela comienza in medias res de este proceso de búsqueda, en un hotel de la costa de Croacia (Dubrovnik). En esta parte inicial del relato, el narrador nos ofrece una panorámica general, donde el personaje principal es uno más de los turistas que padecen la monotonía y el calor de unas tranquilas vacaciones. Ya en el segundo capítulo, el narrador comienza a acercarse a Askenasi, y mediante el flashback accedemos a toda la historia. Su insípida vida familiar, la ruptura, el núcleo de la búsqueda. Y en el medio, la extraña del título que hace su aparición tangencial (esto es: en el hotel, en tiempo presente de la narración), casi muda, pero de una fuerza y simbolismo que es central en la trama. Sucede algo importante allí que no nos es contado, pero que circunvala todo lo narrado. Finalmente, nos enfrentamos a un narrador en estilo indirecto libre que, con perspectiva desde Askenasi, nos lleva junto a él al trágico (aunque esperado) desenlace.
A mí particularmente la novela no me gustó demasiado. Es que el drama que se nos presenta me da un regusto a conocido, a tema ya digerido. A vuelo de pájaro, un existencialismo anclado en la purificación por el mal que la literatura nos ofrece con demasiada regularidad para mi gusto. Por eso, conceptualmente, no me ha aportado nada; y narrativamente, está bien escrito, pero no abre nuevas puertas, no es una escritura que asombre. Hay que decir incluso que algunos pasajes se vuelven redundantes (en varias ocasiones se continúa uno o dos párrafos más con una idea ya desarrollada). Por su parte, el personaje de Eliz, la bailarina, no me convenció mucho: demasiado rimbombante como para resultar creíble.
Un par de pasajes, sin embargo, me parecieron bastante ricos en sus apreciaciones sobre lo cotidiano (como el que habla de los objetos que se guardan en los bolsillos). Y también valoro algunas descripciones, algunos (breves) momentos de luminosidad narrativa.
Me pareció una novela promedio que me posibilitó conocer algo de la narrativa de este célebre escritor, pero que de ningún modo me conmovió o me asombró.

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